martes, Infinito que se alcanza a ver
Pies juntos de plantas sobre una madera, By AsunAdá 
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Frente al mar, todo parece distinto.

Lo finito, resulta sólo a la vista lejano, mientras tanto el ir y venir de las olas hace que la cercanía sea lo que necesito.
Resulta complicado estar cuando añoras. Parece complejo disfrutar de lo que tanto amas, sin dejarte ir, sin permitirte soñar.

El sol calienta.
La brisa apenas se hace notar, pero mi cuerpo tiene frío.

Me escondo del sol, tapada bajo la capucha que a la vez hace que el sonido tenga un efecto más intenso y profundo en mis pensamientos. Sí, estoy escribiendo en el jardín, sentada frente al mar y bajo la palmera.

De fondo y a la vez muy cercano, me acompaña el sonido de las olas y el olor a libertad.
Los sueños entre olores y sonidos se hacen presentes y me embriagan.

Mi cabeza está entre un aquí, y un allá de querer nadar, aún sintiendo frío.

Por eso, mientras me detengo a escribirte y a pensar por dónde sigo, de fondo escucho a Chispa, que está jugando en la playa y, no para de llamarme.
Sí, acabo de decidir algo. Te dejo por un rato y me bajo, luego sigo junto a ti.

Es curioso cómo los días te van llevando hacia lugares mágicos con instantes especiales. Y sucede esto, cuando das chance a que así sea.
Te dejas llevar por el presente y la realidad aflora al momento.

He vuelto a las letras.


Eso sí, tras mi primer baño del año en agua sagrada.

Supongo que conoces, aún sea de oídas, que así son nuestras costas gallegas, llenas de vida. Sabrás que tenemos de todo, o de casi todo. Poco podría decirse que sea lo que no tengamos.
Cierto que otra cosa es el que lo conozcas o no.
En realidad hay muchas personas que prefieren viajar y conocer el resto del mundo dejando para el final, o para otra vida, lo que pueden tener más próximo y, claro que cada quién es cómo es y decide qué quiere hacer, pero es importante dar valor a lo cercano, a lo próximo, a lo tuyo.


Pues es tal nos cuentan las Leyes Universales que dicen cómo transcurre la vida “Como es fuera es dentro” y de ahí el que, si valoras, lo valoran.

Y de igual modo que Si Te Valoras, Te Valoran.


Ten por seguro que obtienes lo que das y viceversa, aunque quizá no entiendas muy bien de qué se trata o te parezca que justamente es al revés pero, más lejos de ello.

La vida sucede claro, y el Mayor Bien es en ti siempre que así lo quieras, y lo verás cuando lo aceptes y cómo tal lo permitas.

Ya es media tarde y el sol va dejando de calentar.
Mientras sigo aquí sentada contigo, los quehaceres se van sucediendo, el olor a hierba recién cortada y el sonido de la máquina acompañan mis letras y pensamientos.


El suave oleaje resuena.

Y entre los silencios del cortacésped, acompañando las pulsaciones de mis dedos, que en el teclado son rápidas y concisas, todo fluye a su paso por mi corazón.

Miro al frente entre frases y diviso un velero azul, similar al del cielo que se ve a lo lejos. Va sin vela y es silencioso, sigue rumbo hacia tierra adentro quizá, para dar por finalizada su travesía en este cálido y sutil domingo dando comienzo al mes de abril.

Se mezcla la calma.
El sonido interior resuena lleno de vida y, la propia melancolía de la costa da alas a vivir.

La sal hace efecto en mi piel, que por momentos se hace notar en un cosquilleo de sanación.
Ciertamente el agua salada ayuda a que las heridas, también las físicas que provienen en este caso de la psoriasis, tomen nuevos rumbos hacia el camino de la Salud.

Por eso me resulta tan gratificante este lugar, el mar con la profunda tierra, porque se mezcla el todo capaz de alcanzar esa meta de vida, armonía interior y paz, gracias a la sensación que desde fuera también existe.

No te había contado pero, van pasando las horas a un ritmo cíclico, sin descanso.
Y así a lo tonto, ha llegado la noche y de nuevo un día más de vida. Qué alegría.

Ciertamente estamos a lunes.
Aquí es festivo y por ello apenas ni personas llegan a este enclave. Cierto que en las bateas de enfrente sí toca jornada laboral y es momento para ello. Hay que faenar.
Abajo en la playa mientras tanto, una pareja perdida en la zona, juega en las rocas entre la arena y el agua, a la vez que el sol ayuda a calentar el ambiente.

La soledad del lugar es tan grande, que aún en compañía es grato el momento, tanto para repetir como para seguir.
Y aunque hoy tampoco tengo café conmigo, he disfrutado de distintos placeres mundanos, compartidos eso sí a la vez contigo, pues he ido intercalando las distintas horas del día y, de la noche.

Ahora sí estoy llegando al final del espacio, de mi presente continuo que asoma en todo proceso al que le doy forma y con el que convivo hoy y siempre.

Siempre enAmor Agradecida AsunAdá


@asunada

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