La noche dió paso, al más bello de los espectáculos donde el cielo, era a la vez, el amante y el espectador. Pareciera mentira, que tras su escondite, pudiese existir semejante fuerza, tal la de un volcán en ferviente explosión de su visceral interior. Ahora, simplemente podía permanecer en silencio,Continuar Leyendo