Finales que llegan

Recuerdo unas palabras de mi padre que decían:
«No te marches a cama enfadado con tu pareja, quizá y no tengas ocasión de intentar arreglar aquello que sucede.»
Pienso en ello cuando me viene a la cabeza mi despertar hace unos años, cuando sonaba el móvil a altas horas de la madrugada y, la voz de mi madre aunque era concreta, sonaba aturdida, escalofriante a la vez que decidida y también, escondía tras cada calada, una profunda e intensa desesperación. Cuando me ubiqué in situ, entendí que no era para menos. Por suerte para ambos, se habían ido a cama tras una grata jornada entre amigos y buenas sensaciones.


Cierto que aquella expresión que nos decía, es obvia y clara. Sobre todo si piensas en ello para cuando compartimos con alguien, y realmente aplicable a cada ser que forma parte de nuestras vidas, de la tuya, en sí de la de cada uno.

De la vida, de lo que no ha sido, casi lo desconocemos todo, sus caminos, experiencias, los pasos que daremos, las decisiones que tomaremos, todo.
Y cuanto más, ese instante concreto de cuándo sea su fin, ese hasta aquí en este aquí y ahora en que termina, lo mismo, casi, que si en esta daremos un comienzo de luz a una nueva.


Pensar como para hacer referencia y propósito para encauzar un camino no daña. Por eso el tomar un tiempo para centrarnos en donde estamos y a dónde quermos ir resulta fundamental pues, quizá no tengamos más oportunidades para retomar, para regresar a lo que fue o para conocer lo que quedó pendiente.
Demos gracias por lo que es en todo presente, en cada momento y aunque no podamos volver y compartir, si tengamos claro que la paz interior eleva la vibración del sentimiento que todo lo es y todo lo puede, el Amor Incondicional.
Con todo simplemente ¡Amen!


Canalización 🤲🏻 ©AsunAdá Siempre enAmor Agradecida

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *